25 septiembre 2012

"El VERDADERO valor de la verdad"


Lo acontecido en estos días a Ruth Thalía Sayas Sánchez, la estudiante de 19 años asesinada por su ex enamorado, 64 días después de ventilar su vida íntima en el programa de televisión 'El valor de la verdad', nos revela cómo Satanás ha estado influyendo en la mente y en la vida humana de forma muy sutil, haciendo que las personas mientan a sus familias y cuenten sus miserias al público por la obtención de un premio en dinero.


Satanás y sus demonios trabajan incansablemente para oponerse a los planes de Dios y, en cuanto al hombre, siempre lo empujan a uno de los extremos del lado correcto ideado por el Sefior. Por ejemplo, bueno es comer, pero Satanas trata de conducir al hombre hacia la bulimia o la anorexia; el sexo, en el matrimonio, es santo y bueno; pero el maligno tentará al hombre para que se esclavice de las aberraciones sexuales, o lo llevará hacia la abstinencia total; tener dinero es útil y necesario para la vida; sin embargo, el diablo nos invitará hacia la avaricia o nos hundirá en el despilfarro; aún en la iglesia, la libertad que tenemos en Cristo puede ser deformada llevándola hacia el libertinaje o suprimiendola bajo el legalismo; todo esto para conseguir que nosotros no vivamos para la gloria de Dios.

En el caso de la estudiante peruana, ella fue engañada, haciéndole creer que ella podía obtener una suma importante de dinero ensuciándose a sí misma y lastimando a quienes la rodeaban contando en público sus faltas cuando sus revelaciones deberían haber sido privadas.

En cuanto a la responsabilidad del programa "El valor de la verdad", tanto el conductor, Beto Ortiz, como su ciclo jugaron el papel del diablo; un antiguo adagio afirma que el diablo no te hace pecar, te sirve la mesa... El que estira su mano y agarra, eres tú. 

Fue el programa quién empujó a la joven a su autodestrucción. Ése es el plan que Satanás tiene con el hombre: él te sirve la mesa, pero el que se autodestruye a sí mismo, es el hombre. Eso ocurrió con la joven: fue engañada.

Nuestra sociedad heredó culturalmente la creencia, de la tradición católica, de que nosotros debemos confesar nuestros pecados a un sacerdote católico, mientras que la Palabra de Dios dice:

Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de Aquel a quien tenemos que dar cuenta. 
Hebreos 4:13

La verdad otorga y genera la confianza indispensable para amar sin reservas y entregarse plenamente.
Por Silvia Cristina Añón - Fundadora de LAS GUERRERAS DE JESÚS.

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